Aquí esta la respuesta a tu estrés.
Voy a intentar explicarlo de forma que lo puedas entender.
¿Qué es el estrés? Es una respuesta fisiológica del organismo que nos prepara para huir o luchar.
Te voy a hablar de nuestros antepasados, cuando les perseguía un león.
Y, ¿Cómo respondía el cuerpo humano?
Generando un pico de adrenalina (hormona del estrés), que a su vez bloquea la insulina y aumenta la glucosa en sangre, ya que en ese momento el cuerpo necesita muuuucha glucosa para salir corriendo y evitar ser comido por el león…
Y, ¿Qué ocurre en nuestro cuerpo ante esta situación?
Aumenta el ritmo cardiaco, la respiración, etc., haciendo que, en ese momento puntual, todo el sistema se inflame.
Peeeeero, y aquí viene el problema,
si ese león te sigue durante semanas o meses, eso se cronifica y hace que enfermes, ¿verdad?
Hoy en día, el león es, las hipotecas, los atascos, las noticias, el trabajo, las redes sociales, etc.
Por lo que hemos pasado del estrés puntual al estrés crónico.
Y, ¿Qué pasa con el estrés crónico?
Pues que todo el día tenemos el pico de adrenalina, de cortisol y la glucosa por las nubes, para, (como cuando venía el león), ponernos en acción.
Pero ahora, ¿huimos o luchamos?
No, nos paralizamos y los estresores sin movimiento son los que nos enferman. El problema es que no nos movemos.
Y, cuando esto ocurre, el cuerpo produce insulina para compensar la subida de azúcar en sangre que se termina por almacenar en forma de grasa provocando una cascada inflamatoria.
Teniendo en cuenta que la sociedad actual nos empuja a un estado de estrés crónico, vamos rápido y no sabemos a dónde, tenemos miedo a perdernos algo (correo electrónico, wasap, redes) ¿Qué nos pasa?
¿Sabes cuál es la respuesta fisiológica al estrés crónico?
Se nos cae el pelo, provoca eccemas, desorden digestivo, insomnio, dolor de cabeza, ansiedad, ulceras en la boca, entre otros.
También, cuando estas estresado aumenta la permeabilidad en el intestino y además tienes tendencia a comer alimentos palatables (ricos en azúcar, grasas y sal) que nos dan placer y calma ese estado, pero todo eso que ingieres esta afectando directamente a tu función cerebral, de la misma forma que tu función cerebral influye en la salud de tu intestino.
Es bidireccional, por eso siempre decimos que el cerebro y el intestino están unidos.
Ahora que sabes de qué forma influye el estrés en tu organismo, puede ser un buen momento para empezar a gestionarlo.
¿Cómo?
Puedes empezar por los tres pilares fundamentales: Alimentarte saludablemente, practicar ejercicio físico y descansar.
Que aproveche.
Oli Martínez
Dietista y Coach Nutricional